Los neuromoduladores son sustancias utilizadas en medicina estética para relajar de manera selectiva ciertos músculos faciales. Su acción evita la contracción excesiva que, con el tiempo, genera arrugas dinámicas como las de la frente, el entrecejo o las patas de gallo.
Su uso se ha popularizado no solo como tratamiento correctivo, sino también como estrategia preventiva para mantener la piel lisa y juvenil durante más tiempo.
El concepto de neuromoduladores preventivos se basa en aplicarlos antes de que las arrugas estén marcadas en la piel. De esta forma, se reduce la actividad muscular excesiva y se evita que las líneas de expresión se transformen en arrugas permanentes.
Se trata de una técnica innovadora dentro del enfoque wellaging, que busca cuidar y acompañar el proceso de envejecimiento de forma natural y progresiva, sin cambios bruscos.
El uso preventivo de neuromoduladores está recomendado en personas jóvenes, generalmente a partir de los 25-30 años, que comienzan a notar líneas al gesticular, pero que aún no presentan arrugas marcadas en reposo.
Es ideal para pacientes que desean:
Los efectos de los neuromoduladores suelen durar entre 4 y 6 meses. Para mantener su acción preventiva, se aconseja realizar entre 2 y 3 sesiones al año, siempre adaptadas a las necesidades y características de cada paciente.
La aplicación preventiva de neuromoduladores es una herramienta eficaz dentro de la medicina estética moderna. No solo corrige, sino que previene y acompaña el envejecimiento natural, logrando resultados más sutiles y duraderos.
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